Mi undécima semana (22 - 25 abril)


Durante esta última semana de prácticas, desde el primer día de regreso tras las vacaciones, se notó cómo el alumnado había descansado, llegando al centro educativo con mayor atención e interés por aprender. Pude observar claramente la evolución entre los últimos días antes de las vacaciones y el primer día de vuelta.

El miércoles 23 de abril, se celebró el Día del Libro. Para ello, el centro escolar y el AMPA planificaron diversas actividades, como la elaboración de una manualidad, se trataba de una flor, en cuyo centro colocaban el título del libro que más les había gustado del curso, acompañándolo de una explicación sobre el motivo de su elección y algún dato interesante del libro. El AMPA organizó un taller en el salón de actos, donde a modo de “menú”, se ofrecieron diferentes actividades, como historias teatralizadas, lectura acompañada y autónoma, entre otras. 








En el área de Science, se comenzó un nuevo tema sobre el vecindario, donde el alumnado conoce los principales elementos que componen pueblos, ciudades y barrios. El maestro consideró que la mejor forma de aprender estos conceptos era mediante una pequeña excursión por el barrio del centro. Durante la ruta, el alumnado pudo observar tiendas pequeñas, otros colegios, la comisaría de Policía Nacional, parques, pasos de cebra, semáforos y otros elementos urbanos. Asimismo, el maestro aprovechó la salida para recordar algunas normas de circulación, como respetar los semáforos y la importancia de mirar a ambos lados antes de cruzar por un paso de cebra. Al alumnado le gustó mucho esta actividad, ya que, a pesar de frecuentar el barrio, descubrieron zonas que desconocían y pudieron adquirir conocimientos a través de la observación directa.  

Mi último día como maestra de prácticas fue muy emotivo, ya que no quería que esta etapa tan enriquecedora terminara. Desde primera hora del viernes, tanto el alumnado como yo empezamos a llorar, conscientes de que era mi último día en el aula. Para despedirse de mi me regalaron varios dibujos con el fin de que no me olvide de ellos. 

Ese mismo día realizamos una salida al Circo Romano de Toledo, una actividad incluida dentro del proyecto del centro educativo. Fuimos caminando, y durante el trayecto el alumnado mostró gran curiosidad, realizando preguntas sobre los edificios de Toledo, las plantas y los animales que encontraban en el camino. Durante la visita, el alumnado se interesó mucho por el monumento, haciendo múltiples preguntas. Además, la explicación del guía fue muy atractiva para ellos.


Al regresar al centro educativo, llegó el momento de la despedida definitiva, en la que nuevamente hubo lágrimas. Esta experiencia ha sido enormemente enriquecedora; he disfrutado y aprendido muchísimo, tanto de mi tutora como del alumnado, así como de manera autónoma. Ojalá en el futuro pueda reencontrarme con este grupo, pero ya como maestra titular, y también coincidir como compañera con mi tutora de prácticas, a quien agradezco profundamente todo lo que me ha enseñado y la confianza que me ha proporcionado al hacerme sentir como una maestra más.





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