Durante esta semana, he observado que el alumnado se ha mostrado más cansado de lo habitual. Esto se ha reflejado en una mayor facilidad para distraerse, una menos comprensión en las tareas a realizar y en olvidos de aspectos básicos, por ejemplo, llevarse la merienda al recreo. Además, su estado de ánimo también se ha visto afectado. Como, por ejemplo, un niño que, durante un juego de la sesión de Educación Física, se enfadó al ser eliminado, este fue un comportamiento poco común en él, ya que durante todo el periodo de prácticas no había mostrado reacciones similares. Supongo que este cambio se debe al final del trimestre y al cansancio acumulado, así como a la proximidad de las vacaciones.
A pesar de ello, la semana ha transcurrido con normalidad en cuanto al ritmo del aula. Se han continuado realizando actividades pedagógicas y siguiendo el libro de texto. Esto se debe a que, en mi aula de prácticas, las actividades dinámicas les alteran y dificultad su concentración el resto del día. No obstante, cuando detectábamos que se encontraban más cansados, optábamos por proponer actividades más relajadas que no requirieran mucha concentración.
En una de las sesiones de Educación Física, el alumnado realizó el baile de “Sancho-Quijote”, que habían comenzado semanas anteriores. Tanto el baile como la canción fueron grabados como evidencia del trabajo en el área. Me encargué personalmente de grabar y editar los vídeos, ya que me ofrecí a colaborar con la maestra de Educación Física.
El último día de la semana, el alumnado se encontraba especialmente cansado, por lo que decidimos ponerles una película adaptada a su edad, con el fin de que pudieran descansar y disfrutar de un momento agradable en el centro escolar.
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