En esta segunda semana, he seguido aprendido cómo funciona mi clase y conociendo los progresos de cada alumno y alumna. Mi tutora me ha permitido impartir algunas sesiones casi completas y formular adivinanzas al alumnado, un recurso que suele utilizar en la primera sesión de algunos días para motivarlos y fomentar su pensamiento. A pesar de la complejidad de algunas de ellas, me sorprendió la capacidad de estos para resolverlas.
Durante varias sesiones de Lengua Castellana y Literatura, trabajamos en la interpretación de una obra de teatro, con la finalidad de que el alumnado la aprendieran y pudieran representarla en el salón de actos ante sus compañeros de clase. Estaban organizados en grupos, y cada grupo tenía los mismos papeles. La representación salió muy bien, aunque algunos alumnos estaban un poco despistados.
También tuve la oportunidad de asistir a la sesión de proyecto que imparte mi tutora en el tercer curso. Actualmente, están realizando un proyecto sobre la ciudad de Toledo, donde deben representarla mediante murales y otros recursos. Pude observar como parte del alumnado tiene una gran creatividad y aportan diferentes ideas que la maestra tiene en cuenta en todo momento. Además, les da autonomía para que sean ellos mismos quienes dibujen los monumentos.
Mi tutora me ha propuesto prepararme un tema de Matemáticas y otro de Lengua Castellana y Literatura para impartirlos en el aula. Me ha dado total libertad y confianza para utilizar los recursos que considere necesarios. Estos temas los desarrollaré en la siguiente semana.
Durante el recreo, salgo todos los días al patio, lo que me permite observar el comportamiento del alumnado y sus relaciones sociales. También puedo presenciar algunos pequeños conflictos que surgen, que suelen ser principalmente porque algún niño no quiere jugar con otro. En estos casos, los maestros intervienen para fomentar la inclusión o los animan a resolverlo entre ellos, promoviendo así la autonomía y la resolución de problemas.

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