Como mencioné en mis primeras impresiones, desde la primera semana sentí que estoy estudiando lo que siempre he deseado. Ahora, al finalizar mis primeras prácticas, puedo afirmarlo con certeza, debido a que he sentido una felicidad inmensa durante el mes y medio que he estado en colegio. Cada mañana me despertaba con una sonrisa sabiendo que regresaría al colegio y que los niños/as me recibirían con los brazos abiertos. Incluso los viernes, al salir, ya tenía ganas de que llegara el lunes nuevamente para verles y escuchar sus experiencias del fin de semana. Este periodo ha marcado un crecimiento personal significativo, donde he apreciado la alegría que transmite la inocencia de un niño/a, como la ilusión con la que viven la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos.
Durante esta experiencia, he podido poner en práctica los conocimientos adquiridos durante los cursos del grado universitario, como las técnicas para captar la atención del alumnado, motivarlos y aplicar un refuerzo positivo. No obstante, los docentes del centro escolar también me han enseñado otras muchas técnicas que desconocía y que se adquieren con la experiencia en la docencia.
Reconozco que aún me queda mucho por aprender, investigar y estudiar, pero sé que todo el proceso valdrá la pena, para llegar hasta donde siempre he querido estar, en un aula de educación primaria.
Durante estas semanas, en ocasiones me sentí frustrada por no saber explicar de la manera correcta o por no conseguir que los alumnos/as se mantuvieran concentrados durante más tiempo. Sin embargo, soy consciente de que estas habilidades se irán adquiriendo con la experiencia, como mencioné anteriormente.
En este periodo, he mantenido mi pensamiento de que los niños/as tienen que gritar, correr, jugar y disfrutar. A raíz de que en ocasiones se les ha permitido tiempo libre, para que desfoguen todas sus emociones y posteriormente se han mostrado más atentos.
De esta experiencia me llevo todo el aprendizaje adquirido, las risas, emociones, actividades y conversaciones vividas durante estas semanas, y bueno, todos los regalos materiales que me han hecho los niños/as con mucha ilusión, aunque desconocen que el mayor regalo que me han podido ofrecer ha sido dejarme aprender de ellos.
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